Solange Keschmann es una artista suiza-austriaca, nació en Ginebra, reside en Viena.
Siguió un programa de formación en orfebrería y trabajo de metal en la
Universidad Artística Popular de Viena que le dio la base técnica para su trabajo.
Educación cosmopolita (Florencia/I, Cambridge/GB, Barcelona, y Viena).
Una trayectoria de múltiples experiencias, de recorrer el mundo y su vida familiar, explican que su vocación artística se haya desarrollado tardíamente, dando rienda suelta a una imaginación creativa desbordante.
Actualmente se enfoca en la creación de objetos cinéticos, abstractos y suspendidos “móviles” en homenaje a Alexander Calder.
sobre mi obra…
Siguió un programa de formación en orfebrería y trabajo de metal en la
Universidad Artística Popular de Viena que le dio la base técnica para su trabajo.
Educación cosmopolita (Florencia/I, Cambridge/GB, Barcelona, y Viena).
Una trayectoria de múltiples experiencias, de recorrer el mundo y su vida familiar, explican que su vocación artística se haya desarrollado tardíamente, dando rienda suelta a una imaginación creativa desbordante.
Actualmente se enfoca en la creación de objetos cinéticos, abstractos y suspendidos “móviles” en homenaje a Alexander Calder.
sobre mi obra…
Materiales y técnicas
En mi taller se acumulan materiales y piezas que guardo y forman parte de mi universo; sé que algún día las usaré: tapones de corcho, un transformador de corriente, fragmentos de porcelana, hojas de latón, barras de aluminio, de plexiglás, cuerdas, etc.
Me he formado como orfebre y conozco los oficios de la soldadura, de la forja. El objeto que he descubierto por casualidad o la forma caprichosa de un trozo de metal me inspira y define de alguna manera la forma futura de la escultura. Suelo partir de un dibujo previo que define la forma de la pieza aunque después, durante el proceso, puedo ir haciendo pequeños cambios. En el taller trabajo con el ensamblando de las partes de la escultura que tarda un tiempo hasta que no se configura definitivamente.
En mi taller se acumulan materiales y piezas que guardo y forman parte de mi universo; sé que algún día las usaré: tapones de corcho, un transformador de corriente, fragmentos de porcelana, hojas de latón, barras de aluminio, de plexiglás, cuerdas, etc.
Me he formado como orfebre y conozco los oficios de la soldadura, de la forja. El objeto que he descubierto por casualidad o la forma caprichosa de un trozo de metal me inspira y define de alguna manera la forma futura de la escultura. Suelo partir de un dibujo previo que define la forma de la pieza aunque después, durante el proceso, puedo ir haciendo pequeños cambios. En el taller trabajo con el ensamblando de las partes de la escultura que tarda un tiempo hasta que no se configura definitivamente.
Equilibrio-construcción
Mis esculturas se podrían definir como de “desequilibro en armonía“ a medida que las construyo tengo que tener en cuenta las fuerzas y contrafuerzas para que se mantengan en equilibrio, lo que no es siempre fácil.
Mis piezas nunca son simétricas y su peso y medidas son siempre humanas: máximo, algo más de lo que alcanzan mis brazos extendidos. Me interesa que el espectador adivine la intervención humana en el manejo o la fuerza de mis manos, la precisión de las herramientas que he usado en su construcción.
Mis esculturas se podrían definir como de “desequilibro en armonía“ a medida que las construyo tengo que tener en cuenta las fuerzas y contrafuerzas para que se mantengan en equilibrio, lo que no es siempre fácil.
Mis piezas nunca son simétricas y su peso y medidas son siempre humanas: máximo, algo más de lo que alcanzan mis brazos extendidos. Me interesa que el espectador adivine la intervención humana en el manejo o la fuerza de mis manos, la precisión de las herramientas que he usado en su construcción.
Luz
La luz está muy presente en casi todas mis obras. Simplemente, me fascina y admiro a figuras históricas como Moholy Nagy, quien, antes que fotógrafo o pintor, es esencialmente un artista plástico de la luz.
Muchas de mis obras cambian por completo según el lugar donde se las coloca por el efecto de la luz. Suelo usar materiales como el plexiglás que permite las transparencias o el plexiglás fluorescente que atrae caprichosamente la luz. Trabajo con metales que me permiten diferentes gradaciones de brillo según el pulimiento que haga de ellos. La luz es esencial en mis esculturas y cualquier cambio de su incidencia altera su concepto formal.
La luz está muy presente en casi todas mis obras. Simplemente, me fascina y admiro a figuras históricas como Moholy Nagy, quien, antes que fotógrafo o pintor, es esencialmente un artista plástico de la luz.
Muchas de mis obras cambian por completo según el lugar donde se las coloca por el efecto de la luz. Suelo usar materiales como el plexiglás que permite las transparencias o el plexiglás fluorescente que atrae caprichosamente la luz. Trabajo con metales que me permiten diferentes gradaciones de brillo según el pulimiento que haga de ellos. La luz es esencial en mis esculturas y cualquier cambio de su incidencia altera su concepto formal.
Humor
Nada más alejado de mi obra que un sentido de lo “sagrado“ en el arte. Me gusta definir mis piezas como un méli-mélo de posibles metáforas, siempre con un sentido lúdico. Como suiza me identifico con toda una tradición en el arte de mi país- desde las máquinas inútiles de Jean Tinguely hasta los filmes de objetos de Fischli und Weiss- llenos de humor y que representan un guiño a la sacralización del arte, a la solemnidad de su existencia.
Nada más alejado de mi obra que un sentido de lo “sagrado“ en el arte. Me gusta definir mis piezas como un méli-mélo de posibles metáforas, siempre con un sentido lúdico. Como suiza me identifico con toda una tradición en el arte de mi país- desde las máquinas inútiles de Jean Tinguely hasta los filmes de objetos de Fischli und Weiss- llenos de humor y que representan un guiño a la sacralización del arte, a la solemnidad de su existencia.